El castillo de Otranto
Título Original: The Castle of
Otranto, A Story Translated by William Marshal, Gent. From the
Original Italian of Onuphrio Muralto, Canon of the Chruch of St.
Nicholas at Otranto.
Autor: Horace Walpole
Año de publicación: 1764
Se considera al
Castillo de Otranto como la obra precursora de la novela gótica, o
más precisamente del goticismo romántico o terror romántico. En su
primera aparición la novela se presentaba como una traducción, de
un tal William Marshal, de un texto impreso en Nápoles en 1529,
escrito por un tal Onuphrio Muralto, y recientemente descubierto en
la biblioteca de una antigua familia británica. La historia que
refiere, sin embargo, es todavía más antigua, de la época de las
Cruzadas. Recién en la segunda edición se da a conocer a su
verdadero autor, Horace Walpole.
Más allá de su
valor anecdótico e histórico, la historia del Castillo de Otranto
es curiosa por su sombrío y extravagante argumento. El castillo de
Otranto, cuya acción se desarrolla en la Italia medieval, narra la
historia del tirano Manfredo, cuya estirpe arrastra una maldición
desde que su abuelo usurpara el poder del castillo a sus legítimos
poseedores. Manfredo trata de perpetuar su herencia casando a su
débil y amanerado hijo Conrado con la princesa Isabella, pero poco
antes de la boda ocurre un accidente fatal, de naturaleza
sobrenatural, que frustra sus designios. A partir de este suceso, se
desencadenarán una serie de fenómenos maravillosos y pasiones
encendidas que tendrán como escenario el asfixiante y siniestro
decorado del castillo.
Armaduras
gigantes, espectros persignados con túnicas monásticas, pasadizos
oscuros, criptas subterráneas, hacen su aparición por primera vez
en la literatura moderna.
La puerta tapiada
Título Original: Das Majorat
Autor: E.T.A. Hoffmann
Año de publicación: 1815
La Puerta Tapiada
aparece publicado en una serie de cuentos fantásticos titulada
“Phantasiestücke in Callots manier” (cuatro volúmenes
publicados entre 1811 y 1815). En esta serie de cuentos el compositor
Jacques Offenbach basó su ópera “Los Cuentos de Hoffmann”
(1880). Y no cabe duda que el cuento elegido para este artículo no
es el más sobresaliente si lo comparamos, por ejemplo, con el
célebre “El hombre de arena” (Der Sandmann), pieza maestra de un
muy prematuro terror psicológico; “Madame Scudery”, una
fantástica historia de asesinatos y misterio; El Tonelero de
Nuremberg, donde aparece con toda su fuerza el amor romántico,
encarnado en la preciosa Rosa; entre otros. Pero elegimos este por su
relación con el tema de la casa encantada.
En una oscura
finca abandonada, el abogado V., acompañado de un sobrino, se reúnen
en el castillo del Barón de Roderich para gestionar ciertos asuntos
referentes a la herencia. El conflicto comienza cuando aparece en el
Castillo un espectro que asusta a los huéspedes y se pierde
misteriosamente detrás de una puerta tapiada. El espectro conducirá
a los personajes a través de un laberinto de intrigas y confesiones
que aclararán una serie de crímenes y engaños que han hecho que la
casa caiga en manos ilegítimas. Una vez resueltas las intrigas, los
restos del espectro son enterrados y puede finalmente descansar en
paz, mientras que la casa es liberada de su maldición.
Como puede verse,
es la típica ghost story, absolutamente ajustada a su fórmula, pero
escrita con la escalofriante elegancia de Hoffmann, que es
considerado uno de los más importantes precursores de Edgar A. Poe y
más brillantes exponentes del romanticismo alemán.
La Casa y el Cerebro
Título Original: The Haunters and
The Haunted, conocido también como “The House and The Brain”.
Autor: Edward Bulwer-Lyton
Año de publicación: 1859, en la
revista Blackwood's Magazine (1817-1980).
Estamos frente a
una de las piezas maestras de la “ghost story” decimonónica. El
relato fue publicado por primera vez en 1859 de manera íntegra,
aunque luego reapareció en una versión más corta que eliminaba la
última parte, y la más interesante, por su semejanza con otro
relato del mismo autor, “A strange story”, que escribiría tres
años después.
Lovecraft, en su
clásico ensayo “Supernatural horror in literature” (Horror
sobrenatural en la literatura), reconoce el valor de esta obra en la
tradición de las casas encantadas: «“The House and the Brain”,
que alude al rosacrucianismo y a cierta figura maligna e inmortal
sugerida acaso por Saint-Germain, el misterioso cortesano de Luis XV,
aún perdura como uno de los mejores relatos de casas encantadas que
se han escrito».
Lafcadio Hearn,
conocido también como Yakumo Koizumi, el orientalista grecoirlandés
que dio a conocer la cultura japonesa en occidente, en una
conferencia titulada «The Value of the Supernatural in Fiction», la
reconoce como “la mejor historia de fantasmas en lengua inglesa”.
Bulwer-Lytton |
El narrador del
cuento, es un hombre interesado en los fenómenos sobrenaturales que
se introduce voluntariamente a una casa encantada en Londres, junto a
su criado y su perro. Los tres son testigos de terroríficas
apariciones y el protagonista, luego de que su criado huyera y su
perro muriera estrangulado, descubre unas cartas que evidencian que
la casa fue escenario de antiguos crímenes que se relacionan con la
actividad paranormal.
Pero lo más
interesante de esta historia es que todos los fenómenos están
conectados a la voluntad de un ser inmortal y perverso, que ha
habitado la casa en sus orígenes, y ha aprendido a lo largo de los
siglos a dominar los fenómenos de la mente y del tiempo.
En este sentido,
Bulwer-Lytton propone una visión filosófica, mágica, alquímica,
pero sobre todo sicológica de lo sobrenatural:
“Por muy
maravillosos que resulten tales fenómenos (concediendo que sean
verdaderos), advierto que para la filosofía no cuestionan nada de lo
que a la filosofía le corresponde rechazar, es decir, nada
sobrenatural. Solo son ideas trasladadas, quién sabe cómo (aún
ignoramos los medios), de un cerebro mortal a otro. Aunque al
llevarlo a cabo las mesas caminen por su propia cuenta, o aparezcan
en un círculo mágico formas demoníacas, o unas manos sin cuerpo se
alcen y se lleven objetos materiales, o una cosa oscura, como la que
se presentó ante mí, nos hiele la sangre, estoy persuadido de que
no son más que operaciones transmitidas, como por cables eléctricos,
a mi cerebro desde el cerebro de otro”.
Al final del
relato, el narrador y el hombre que ha sido responsable del
encantamiento de la casa, y que ha sobrevivido por más de 300 años,
se encuentran en un bar. Mediante el hipnotismo, este último se
entera de su porvenir y de su muerte utilizando como médium al
primero, que tiempo después, al vencer el hechizo del que ha sido
víctima, contará toda la historia.
El Fantasma de Canterville
Título Original: Canterville's
Ghost
Autor: Oscar Wilde
Año de publicación: 1887, en la
revista “The Court and Society Review”.
Ilustración de Wallace Goldsmith (1909) |
El Fantasma de Canterville es una
parodia de la “ghost story” del siglo XIX, con ese humor inglés
(aunque nació en Dublín) y altamente venenoso que es propio de
Wilde.
En el cuento aparecen todos los motivos
básicos que constituyen la fórmula de un relato fantasmal desde
Plinio el joven hasta el fantasma romántico de un Walpole, o de un
Hoffmann, por ejemplo, en “La Puerta Tapiada”: la casa encantada,
la aparición espectral y el maleficio. Hay un cuarto elemento
fundamental en las historias de fantasmas, en el que El Fantasma de
Canterville, más humorístico que espeluznante, encuentra su
ambigüedad y su risa: la duda sobre si tal aparición es real y
tiene vida propia, o es un producto de la imaginación.
La familia del ministro estadounidense
Hiram Otis, que acaba de comprar el castillo a Lord Canterville, al
comienzo se muestra escéptica ante la advertencia de que en el
castillo habita un fantasma. Pero ante la “irrupción de lo
inadmisible”, como decía Todorov, refiriéndose a una de las
características constitutivas fundamentales del relato fantástico
decimonónico, no sólo se mostraban incrédulos, sino que además
incapaces de comprender o de asumir un claro fenómeno sobrenatural.
Cuando el fantasma aparece en los
pasillos de la mansión arrastrando sus pesadas cadenas, el ministro
Otis le ofrece el lubricante “Tammany Sol Naciente” para
disminuir el ruido que no los deja dormir. O, cuando ven por primera
vez la enorme mancha de sangre frente a la chimenea, el hijo mayor,
Washington, le pasa el quitamanchas Campeón, de Pikerton. La familia
Otis, una típica familia moderna norteamericana, se muestra “incapaz
de apreciar el valor simbólico de los fenómenos sensibles”. El
fracaso de lo maravilloso no ocurre ya ante el implacable objetivismo
de la lógica y la ciencia, sino ante la estrechez espiritual de la
familia moderna, que se encuentra en un plano inferior de vida
materialista y consumista.
El fantasma es herido en su orgullo y
su vanidad por la superficialidad de la familia Otis, ya que se
concibe a sí mismo como una suerte de artista del espanto, autor de
grandes escalofríos en todo su tiempo como espectro. Hasta que
finalmente Virginia, la hija del ministro Otis, lo ayuda a romper el
maleficio que lo ata al castillo, atravesando con el fantasma a la
cuarta dimensión, dónde consigue el perdón de los ángeles, y
puede dormir eternamente el sueño de la muerte.
“La habitación amueblada”
Título Original: The furnished room
Autor: O. Henry (William Sydney
Porter)
Año de pubicación: 1904. Aparece
posteriormente en la serie “The Four Million” en 1906.
William Sydney Porter (O. Henry) |
Es casi imposible reseñar este breve relato – o cualquier otro – de O. Henry sin acabar por “espoilearlo”. El escritor, periodista, farmacéutico y cuentista, que obtuvo su pseudónimo de un gato llamado Henry (Oh Henry!), fue conocido por sus finales imprevistos a tal punto que existe la expresión en lengua inglesa “un final a lo O.Henry” (an O.Henry ending). Borges lo considera uno de los precursores del “trick story”: “Edgar Allan Poe había sostenido que todo cuento debe redactarse en función a su desenlace; O. Henry exageró esta doctrina y llegó así al trick story, al relato en cuya línea final acecha una sorpresa. Tal procedimiento, a la larga, tiene algo de mecánico; O.Henry nos ha dejado, sin embargo, más de una breve y patética obra maestra”.
Sin duda, la habitación amueblada, una “ghost story” sin el fantasma, es una de esas breves y patéticas obras maestras de las que hablaba Borges. Un hombre se hospeda en la habitación de un pensionado lúgubre, donde persigue los indicios de un amor perdido, una actriz, que quizás se haya hospedado allí en un pasado reciente. “Tal como ocurre con las palabras cruzadas que se van descifrando, los pequeños indicios que la procesión de huéspedes habían dejado en el cuarto amueblado revelaron, uno tras otro, algún significado”.
El resto, no puede decirse. Sólo quizás que es un cuento exquisito, uno de los mejores de esta selección. De alguna manera, el espíritu encantado de esta habitación, reside en el rencor que sus distintos habitantes, gente inquieta, trashumante y fugaz, han dejado en ella como venganza por no tener un hogar: “la ira de los moradores quizá hubiese sido la ciega supervivencia del instinto doméstico defraudado o el resentimiento contra falsos dioses domiciliarios”
El cuento fue escrito en la serie “The Four Million”, en el tiempo que O.Henry, después de salir de la cárcel por supuesta estafa, se radicó en Nueva York. Los cuatro millones hacen referencia al número de habitantes que había en la ciudad en aquel tiempo. Fue una época muy prolífica para O.Henry, que entre 1903 y 1906 escribía un relato a la semana para el New York World y, según cuenta la anécdota, uno de sus mejores relatos, “El regalo de los reyes magos”, los escribió en 3 horas y una botella de whisky. Murió de cirrosis, consumido por el alcoholismo.
“La casa de los siete tejados”
Título Original: The house of the
seven gables
Autor: Nathaniel Hawthorne
Año de pubicación: 1851
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