martes, 15 de diciembre de 2015

La Casa Encantada: 6 relatos claves del Ghost Story


El castillo de Otranto

Título Original: The Castle of Otranto, A Story Translated by William Marshal, Gent. From the Original Italian of Onuphrio Muralto, Canon of the Chruch of St. Nicholas at Otranto.
Autor: Horace Walpole

Año de publicación: 1764

Se considera al Castillo de Otranto como la obra precursora de la novela gótica, o más precisamente del goticismo romántico o terror romántico. En su primera aparición la novela se presentaba como una traducción, de un tal William Marshal, de un texto impreso en Nápoles en 1529, escrito por un tal Onuphrio Muralto, y recientemente descubierto en la biblioteca de una antigua familia británica. La historia que refiere, sin embargo, es todavía más antigua, de la época de las Cruzadas. Recién en la segunda edición se da a conocer a su verdadero autor, Horace Walpole.
Más allá de su valor anecdótico e histórico, la historia del Castillo de Otranto es curiosa por su sombrío y extravagante argumento. El castillo de Otranto, cuya acción se desarrolla en la Italia medieval, narra la historia del tirano Manfredo, cuya estirpe arrastra una maldición desde que su abuelo usurpara el poder del castillo a sus legítimos poseedores. Manfredo trata de perpetuar su herencia casando a su débil y amanerado hijo Conrado con la princesa Isabella, pero poco antes de la boda ocurre un accidente fatal, de naturaleza sobrenatural, que frustra sus designios. A partir de este suceso, se desencadenarán una serie de fenómenos maravillosos y pasiones encendidas que tendrán como escenario el asfixiante y siniestro decorado del castillo.
Armaduras gigantes, espectros persignados con túnicas monásticas, pasadizos oscuros, criptas subterráneas, hacen su aparición por primera vez en la literatura moderna.


La puerta tapiada
Título Original: Das Majorat
Autor: E.T.A. Hoffmann
Año de publicación: 1815

La Puerta Tapiada aparece publicado en una serie de cuentos fantásticos titulada “Phantasiestücke in Callots manier” (cuatro volúmenes publicados entre 1811 y 1815). En esta serie de cuentos el compositor Jacques Offenbach basó su ópera “Los Cuentos de Hoffmann” (1880). Y no cabe duda que el cuento elegido para este artículo no es el más sobresaliente si lo comparamos, por ejemplo, con el célebre “El hombre de arena” (Der Sandmann), pieza maestra de un muy prematuro terror psicológico; “Madame Scudery”, una fantástica historia de asesinatos y misterio; El Tonelero de Nuremberg, donde aparece con toda su fuerza el amor romántico, encarnado en la preciosa Rosa; entre otros. Pero elegimos este por su relación con el tema de la casa encantada.
En una oscura finca abandonada, el abogado V., acompañado de un sobrino, se reúnen en el castillo del Barón de Roderich para gestionar ciertos asuntos referentes a la herencia. El conflicto comienza cuando aparece en el Castillo un espectro que asusta a los huéspedes y se pierde misteriosamente detrás de una puerta tapiada. El espectro conducirá a los personajes a través de un laberinto de intrigas y confesiones que aclararán una serie de crímenes y engaños que han hecho que la casa caiga en manos ilegítimas. Una vez resueltas las intrigas, los restos del espectro son enterrados y puede finalmente descansar en paz, mientras que la casa es liberada de su maldición.
Como puede verse, es la típica ghost story, absolutamente ajustada a su fórmula, pero escrita con la escalofriante elegancia de Hoffmann, que es considerado uno de los más importantes precursores de Edgar A. Poe y más brillantes exponentes del romanticismo alemán.



La Casa y el Cerebro

Título Original: The Haunters and The Haunted, conocido también como “The House and The Brain”.
Autor: Edward Bulwer-Lyton
Año de publicación: 1859, en la revista Blackwood's Magazine (1817-1980). 



Estamos frente a una de las piezas maestras de la “ghost story” decimonónica. El relato fue publicado por primera vez en 1859 de manera íntegra, aunque luego reapareció en una versión más corta que eliminaba la última parte, y la más interesante, por su semejanza con otro relato del mismo autor, “A strange story”, que escribiría tres años después.
Lovecraft, en su clásico ensayo “Supernatural horror in literature” (Horror sobrenatural en la literatura), reconoce el valor de esta obra en la tradición de las casas encantadas: «“The House and the Brain”, que alude al rosacrucianismo y a cierta figura maligna e inmortal sugerida acaso por Saint-Germain, el misterioso cortesano de Luis XV, aún perdura como uno de los mejores relatos de casas encantadas que se han escrito».
Lafcadio Hearn, conocido también como Yakumo Koizumi, el orientalista grecoirlandés que dio a conocer la cultura japonesa en occidente, en una conferencia titulada «The Value of the Supernatural in Fiction», la reconoce como “la mejor historia de fantasmas en lengua inglesa”.
Bulwer-Lytton
El narrador del cuento, es un hombre interesado en los fenómenos sobrenaturales que se introduce voluntariamente a una casa encantada en Londres, junto a su criado y su perro. Los tres son testigos de terroríficas apariciones y el protagonista, luego de que su criado huyera y su perro muriera estrangulado, descubre unas cartas que evidencian que la casa fue escenario de antiguos crímenes que se relacionan con la actividad paranormal.
Pero lo más interesante de esta historia es que todos los fenómenos están conectados a la voluntad de un ser inmortal y perverso, que ha habitado la casa en sus orígenes, y ha aprendido a lo largo de los siglos a dominar los fenómenos de la mente y del tiempo.
En este sentido, Bulwer-Lytton propone una visión filosófica, mágica, alquímica, pero sobre todo sicológica de lo sobrenatural: 

“Por muy maravillosos que resulten tales fenómenos (concediendo que sean verdaderos), advierto que para la filosofía no cuestionan nada de lo que a la filosofía le corresponde rechazar, es decir, nada sobrenatural. Solo son ideas trasladadas, quién sabe cómo (aún ignoramos los medios), de un cerebro mortal a otro. Aunque al llevarlo a cabo las mesas caminen por su propia cuenta, o aparezcan en un círculo mágico formas demoníacas, o unas manos sin cuerpo se alcen y se lleven objetos materiales, o una cosa oscura, como la que se presentó ante mí, nos hiele la sangre, estoy persuadido de que no son más que operaciones transmitidas, como por cables eléctricos, a mi cerebro desde el cerebro de otro”.

Al final del relato, el narrador y el hombre que ha sido responsable del encantamiento de la casa, y que ha sobrevivido por más de 300 años, se encuentran en un bar. Mediante el hipnotismo, este último se entera de su porvenir y de su muerte utilizando como médium al primero, que tiempo después, al vencer el hechizo del que ha sido víctima, contará toda la historia.  


El Fantasma de Canterville

Título Original: Canterville's Ghost
Autor: Oscar Wilde
Año de publicación: 1887, en la revista “The Court and Society Review”. 

Ilustración de Wallace Goldsmith (1909)
El Fantasma de Canterville es una parodia de la “ghost story” del siglo XIX, con ese humor inglés (aunque nació en Dublín) y altamente venenoso que es propio de Wilde.
En el cuento aparecen todos los motivos básicos que constituyen la fórmula de un relato fantasmal desde Plinio el joven hasta el fantasma romántico de un Walpole, o de un Hoffmann, por ejemplo, en “La Puerta Tapiada”: la casa encantada, la aparición espectral y el maleficio. Hay un cuarto elemento fundamental en las historias de fantasmas, en el que El Fantasma de Canterville, más humorístico que espeluznante, encuentra su ambigüedad y su risa: la duda sobre si tal aparición es real y tiene vida propia, o es un producto de la imaginación.
La familia del ministro estadounidense Hiram Otis, que acaba de comprar el castillo a Lord Canterville, al comienzo se muestra escéptica ante la advertencia de que en el castillo habita un fantasma. Pero ante la “irrupción de lo inadmisible”, como decía Todorov, refiriéndose a una de las características constitutivas fundamentales del relato fantástico decimonónico, no sólo se mostraban incrédulos, sino que además incapaces de comprender o de asumir un claro fenómeno sobrenatural.
Cuando el fantasma aparece en los pasillos de la mansión arrastrando sus pesadas cadenas, el ministro Otis le ofrece el lubricante “Tammany Sol Naciente” para disminuir el ruido que no los deja dormir. O, cuando ven por primera vez la enorme mancha de sangre frente a la chimenea, el hijo mayor, Washington, le pasa el quitamanchas Campeón, de Pikerton. La familia Otis, una típica familia moderna norteamericana, se muestra “incapaz de apreciar el valor simbólico de los fenómenos sensibles”. El fracaso de lo maravilloso no ocurre ya ante el implacable objetivismo de la lógica y la ciencia, sino ante la estrechez espiritual de la familia moderna, que se encuentra en un plano inferior de vida materialista y consumista.
El fantasma es herido en su orgullo y su vanidad por la superficialidad de la familia Otis, ya que se concibe a sí mismo como una suerte de artista del espanto, autor de grandes escalofríos en todo su tiempo como espectro. Hasta que finalmente Virginia, la hija del ministro Otis, lo ayuda a romper el maleficio que lo ata al castillo, atravesando con el fantasma a la cuarta dimensión, dónde consigue el perdón de los ángeles, y puede dormir eternamente el sueño de la muerte.


La habitación amueblada”

Título Original: The furnished room
Autor: O. Henry (William Sydney Porter)
Año de pubicación: 1904. Aparece posteriormente en la serie “The Four Million” en 1906. 

William Sydney Porter (O. Henry)

Es casi imposible reseñar este breve relato – o cualquier otro  – de O. Henry sin acabar por “espoilearlo”. El escritor, periodista, farmacéutico y cuentista, que obtuvo su pseudónimo de un gato llamado Henry (Oh Henry!), fue conocido por sus finales imprevistos a tal punto que existe la expresión en lengua inglesa “un final a lo O.Henry” (an O.Henry ending). Borges lo considera uno de los precursores del “trick story”: “Edgar Allan Poe había sostenido que todo cuento debe redactarse en función a su desenlace; O. Henry exageró esta doctrina y llegó así al trick story, al relato en cuya línea final acecha una sorpresa. Tal procedimiento, a la larga, tiene algo de mecánico; O.Henry nos ha dejado, sin embargo, más de una breve y patética obra maestra”. 
Sin duda, la habitación amueblada, una “ghost story” sin el fantasma, es una de esas breves y patéticas obras maestras de las que hablaba Borges. Un hombre se hospeda en la habitación de un pensionado lúgubre, donde persigue los indicios de un amor perdido, una actriz, que quizás se haya hospedado allí en un pasado reciente. “Tal como ocurre con las palabras cruzadas que se van descifrando, los pequeños indicios que la procesión de huéspedes habían dejado en el cuarto amueblado revelaron, uno tras otro, algún significado”. 
El resto, no puede decirse. Sólo quizás que es un cuento exquisito, uno de los mejores de esta selección. De alguna manera, el espíritu encantado de esta habitación, reside en el rencor que sus distintos habitantes, gente inquieta, trashumante y fugaz, han dejado en ella como venganza por no tener un hogar: “la ira de los moradores quizá hubiese sido la ciega supervivencia del instinto doméstico defraudado o el resentimiento contra falsos dioses domiciliarios”
El cuento fue escrito en la serie “The Four Million”, en el tiempo que O.Henry, después de salir de la cárcel por supuesta estafa, se radicó en Nueva York. Los cuatro millones hacen referencia al número de habitantes que había en la ciudad en aquel tiempo. Fue una época muy prolífica para  O.Henry, que entre 1903 y 1906 escribía un relato a la semana para el New York World y, según cuenta la anécdota, uno de sus mejores relatos, “El regalo de los reyes magos”, los escribió en 3 horas y una botella de whisky. Murió de cirrosis, consumido por el alcoholismo.


La casa de los siete tejados”

Título Original: The house of the seven gables
Autor: Nathaniel Hawthorne
Año de pubicación: 1851

Casa Original en la que se inspira el relato. Salem, Massachusetts. Circa 1915.


Hay algo de autobiográfico en esta novela de Hawthorne (para mí gusto una de las mejores del autor de Salem, Massachusetts... todavía más que “La Letra Escarlata”), hay en ella, en sus descripciones, una mirada muy atenta y crítica a la naturaleza humana, sus vicios, sus miserias; aunque también sus ideales y esperanzas. La riqueza de este texto diría que se encuentra menos en la trama de la historia, que en sus dilaciones, donde Hawthorne se muestra como un gran espectador del teatro social.
Decíamos que es autobiográfico en cierta forma, porque La Casa de los Siete Tejados fue apropiada injustamente por el antepasado de los Pyncheon, de su original dueño, un tal Maule. Pyncheon, para poder quedarse con la casa, acusa a su dueño original de brujería y herejía, por lo cual es ajusticiado en la inquisición. Es sabido, por otra parte, que uno de los antepasados del propio Hawthorne, un puritano religioso y legislador, tomó parte en las terribles persecuciones y ejecuciones en Salem de los sospechosos de brujería.
Como toda la obra de Hawthorne, en ésta están expuestos los temas del pecado, la preocupación por el mal y sus  consecuencias. Ya en su obra anterior, en La Letra Escarlata, veíamos ese pesimismo calvinista, una visión desoladora en la que el hombre no puede borrar la letra indeleble de su pecado ante Dios y los hombres. 
Pero, lo más significativo de esta obra, es que podría considerarse una especie de clausura definitiva del género, como lo fue en su momento El Quijote para la novela caballeresca o Martín Fierro para la literatura gauchesca. En un punto de la historia Hawthorne desacredita el género fantasmagórico y pone en ridículo sus efectos: “De hecho, esas historias eran demasiado absurdas para poner a nadie los pelos de punta, ni siquiera a los niños”. O, más adelante:  “Nos sentimos tentados de jugar con esta idea. Ya no es posible tratar en serio las historias de fantasmas”. 
Como en todos los relatos que hemos reseñado en este post, “La Casa de los Siete Tejados es una historia donde el espacio, el escenario en sí, es el personaje más importante. En esta casa deambulan  las ambiciones, las maldiciones, los hechizos, los secretos, los afectos, las soledades de una familia maldita por la codicia y el pecado de un antepasado.

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